La era #digital ha traído consigo muchas ventajas en la vida cotidiana: incrementos de productividad, acceso inmediato y remoto a la información, habilitación de desarrollar procesos y servicios de forma remota, posibilidad de tener clientes y proveedores en áreas remotas y lejanas etc. Al mismo tiempo este fenómeno ha dado pie a nuevas formas de #delito/fraudes, desinformación, y posibles problemas de confidencialidad que afectan tanto a personas, empresas, y a la sociedad en su conjunto.
Unas de las principales razones de quien #roba #identidades, es para lograr beneficios (muchas veces financieros) o, para diseminar información apócrifa o tendenciosa a nombre de otra persona, lo cual afecta al individuo plagiado, así como a las empresas (bancos, tiendas, etc.), ya que se enfrentan a usuarios ficticios que ponen a prueba sus sistemas de seguridad, lo cual ha provocado que se incrementen los costos para las empresas y obviamente para los usuarios finales también; perjudicando la experiencia de compra o contratación de un servicio.
¿Qué es el #robo de #Identidad?
Cuando una persona se apropia de la identidad de otra, a través de la utilización de sus #datos #personales (nombre, domicilio, teléfonos, números de identificaciones oficiales, fotografías, huellas dactilares, números de tarjetas de crédito, etc.), sin autorización y sin conocimiento del titular.
Durante el primer trimestre del año 2019, los reportes por robo de identidad tradicional y cibernético, aumentaron alrededor del 336% (Datos del Banco de México – Banxico-), y algo crucial es que la persona afectada tarda alrededor de 106 días en darse cuenta de que ha sido víctima de un delito (Datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros –Condusef-)
¿Cómo se realiza el robo de identidad?
· Cuando otra persona se apropia a través del robo de bolsas y/o carteras, y tiene acceso a identificaciones y tarjetas de crédito.
· Cuando los estados de cuenta de bancos, se tiran a la basura sin ninguna precaución.
· Cuando se realizan compras por internet, sin verificar que los portales sean seguros.
· En el robo de teléfonos celulares, que contienen la información sensible de claves, bancos, etc.
· A través del robo de correspondencia, con datos sensibles.
· A través de las redes sociales, cuando se comparte información sensible.
· Cuando se responde a correos electrónicos diseñados como carnada para extraer información personal sensible, estos son comúnmente conocidos en el mundo cibernético como “phishing”
Recomendaciones para las personas
· Consulta constantemente estados de cuenta de bancos para poder detectar movimientos no reconocidos o sospechosos.
· Evitar navegar en sitios poco confiables, que no cuenten con certificaciones de seguridad, y evitar ingresar datos de usuario y claves.
· Ante robo de información sensible, levantar la denuncia correspondiente ante las autoridades pertinentes.
· Evitar compartir tu información en sitios, llamadas y con personas.
· No sucumbir ante ofertas de productos o servicios que parecen muy atractivas, pero que requieren el ingresar datos sensibles para ser otorgadas.
· No utilizar las funciones de guardar información en los dispositivos.
Recomendaciones para empresas
· Cotejar información física vs digital.
· Acreditar identidades a través de diferentes biométricos.
· Capacitar constantemente a personal, y estar en frecuente contacto con clientes sobre los protocolos de buenas prácticas de seguridad.
· Asesorarse y consultar regularmente con compañías líderes en sistemas biométricos y de seguridad digital.
· Apegarse a políticas de seguridad y de transmisión de las mismas.
La #prevención siempre será el primer paso para evitar caer en éste tipo de delitos, pero si en algún momento te llegara a suceder, ten en cuenta que hay instituciones como #Condusef, #Profeco y #Policíacibernética, que te pueden apoyar.