Hasta hace unos años, la #seguridadeninformática se limitaba al uso de claves y algoritmos numéricos para evitar #fraudescibernéticos. Hoy en día hablar de seguridad digital, se traduce al uso de #tecnología de última generación que permite a los gobiernos, empresas y personas, para contar con mayor seguridad en sus procesos y operaciones a través del uso de información biométrica.
El reconocimiento facial se ha convertido en un #biométrico que se utiliza principalmente en sistemas de seguridad que a través de un lector, define las características del rostro y puede comparar datos contra una base de datos pre determinada, y así determinar incluso pruebas de vida.
Según un estudio elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), países que conforman América Latina y el Caribe gastan en promedio 3.5 por ciento de su producto interno bruto (PIB) en seguridad privada, otros servicios y tecnologías como el reconocimiento facial, intentando reducir sus índices delictivos.
¿Cómo actúa el reconocimiento facial?
El #reconocimientofacial es uno de los biométricos que se utilizan actualmente, para identificación y autenticación de personas y documentos. A través de diversos parámetros, y algoritmos de inteligencia artificial y redes neuronales, se puede reportar:
· edad,
· género
· estado de ánimo,
· incluso se puede utilizar como prueba de vida a través de diversas acciones aleatorias.
La comparación se realiza entre rostro real vs. fotografía o video y se puede tener la capacidad de almacenamiento de millones de rostros para futuras identificaciones.
Ante la #nuevanormalidad que enfrenta el mundo actualmente, uno de los grandes retos que enfrenta el reconocimiento facial, es poder identificar rostros aún con el uso del #cubrebocas, reto que seguramente el avance de la tecnología tendrá solucionado en breve, para continuar brindando certidumbre ante los procesos de seguridad en informática.